Esto no fue planeado desde el principio. Empezó como un proyecto pequeño y fue creciendo cuando las empresas empezaron a pedirnos más ayuda.
Ramiro empezó haciendo evaluaciones financieras para tres pequeños comercios en Gijón. No teníamos oficina, solo un portátil y muchas ganas de demostrar que los números podían ser útiles en vez de confusos. Los primeros clientes llegaron por recomendación, y algunos todavía trabajan con nosotros.
Con veinte clientes habituales, necesitábamos un sitio donde recibirlos. Nos mudamos a una oficina pequeña en la avenida Gaspar García Laviana. Ese año empezamos a ofrecer análisis trimestrales recurrentes en vez de solo informes puntuales. También contratamos a nuestra primera analista.
Ahora trabajamos con empresas de hostelería, retail, servicios profesionales y construcción. Hemos incorporado análisis de tendencias operativas y comparativas sectoriales. Seguimos siendo un equipo pequeño, pero eso nos permite conocer a fondo cada negocio con el que trabajamos. Este año queremos mejorar cómo presentamos los datos para que sean aún más accionables.
No tenemos valores corporativos colgados en la pared. Pero sí hay algunas cosas que intentamos hacer bien cada día, aunque no siempre lo consigamos.
Si los números no son buenos, lo decimos. Nuestro trabajo es mostrar la realidad del negocio, no hacer que todo parezca perfecto. A veces las empresas necesitan escuchar cosas incómodas para poder mejorar.
Intentamos no usar jerga financiera innecesaria. Si un cliente no entiende algo, es nuestra culpa, no suya. Los informes tienen que servir para tomar decisiones, no para guardarse en un cajón porque nadie los entiende.
Cuando un cliente necesita datos para una decisión urgente, no puede esperar dos semanas. Priorizamos las cosas que son críticas para el negocio y somos realistas sobre los plazos en el resto de casos.
Somos un equipo pequeño. Eso significa que cuando trabajas con marenqolysta, hablas con las mismas personas cada vez y ellas conocen tu negocio de memoria.
Director de Análisis Financiero
Lleva quince años trabajando con números de empresas, primero en una asesoría grande donde hacía de todo, luego aquí donde puede centrarse en lo que realmente le gusta: encontrar patrones en los datos operativos. Le obsesiona que los informes sean útiles de verdad, no solo bonitos. Fuera de la oficina es un fanático del ciclismo de montaña.
Empezamos siempre con una reunión larga donde preguntamos muchas cosas sobre el negocio. No solo números, también cómo funciona el día a día. Luego preparamos un análisis inicial que revisamos juntos. A partir de ahí, establecemos un ritmo de informes que tenga sentido para esa empresa específica. Algunos clientes necesitan datos cada mes, otros prefieren revisiones trimestrales más profundas.
Nuestro trabajo es analizar y presentar información clara. No podemos garantizar que un negocio vaya a crecer X por ciento ni que todos los problemas se van a solucionar. Lo que sí podemos prometer es que vamos a ser honestos con los datos y que vamos a dedicar tiempo a entender cada caso particular. A veces los análisis muestran que hay que hacer cambios difíciles.
Trabajamos principalmente con hostelería, comercio local y empresas de servicios en Asturias. Cada sector tiene sus particularidades. En hostelería miramos mucho la rotación y los costes de producto. En retail nos centramos en márgenes por categoría y en servicios profesionales analizamos la rentabilidad por cliente. No usamos plantillas genéricas porque cada negocio necesita métricas diferentes.
